¿Quién dijo que permanecer en los caminos de Dios es sencillo? Muchas veces, por desconocimiento o ligereza, se suele asumir que si eres cristiano, si asistes a una iglesia o si lees la Biblia, tu vida está resuelta. Y no hay afirmación más falsa que esa.

Si analizamos las escrituras y ponemos especial atención en lo que pasaron algunos de los mejores testigos de Cristo, nos podremos dar cuenta que han pasado por circunstancias dolorosas y difíciles. De hecho, la vida de los apóstoles luego de la muerte de Cristo terminó –en la mayoría de casos- con asesinatos dolorosos y humillantes. Pese a ello, los discípulos de Jesús no renegaron de su situación.

Tal vez hoy estés pasando una aflicción; probablemente una desilusión o un gran dolor están afectando tu vida o la de tu familia y sientes que Dios no te mira con misericordia. Te sientes solo y abandonado en un mundo que te lleva a pensar que esa es una realidad. Pues permíteme decirte que estás equivocado.

Convertirnos en hijos de Dios tiene mucho que ver con pasar pruebas y dificultades y la manera en la que vamos a reaccionar ante las crisis. Muchos cometen el error de enfocarse en la voluntad del hombre, en vez de hacerlo en la soberanía de Dios. Y, por tanto, les parece imposible creer que Dios sacará resultados positivos de su sufrimiento.

Te invitamos a mirar más allá de lo que tu visión humana permite y queremos sugerirte que abras bien los ojos de la fe. Entiende que Dios usa cada experiencia agradable o desagradable como una bendición para ti y que de la actitud que tengamos ante esa verdad, estaremos mucho más cerca de Él.

“Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de quienes lo aman y son llamados según el propósito que él tiene para ellos”.

Romanos 8:28

 

“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”.

Santiago 1:2-4