Diariamente nos enfrentamos a situaciones que ponen a prueba nuestra fe. Desilusiones, fracasos, deudas, pérdidas, la lista puede ser interminable y puede incluir situaciones realmente difíciles o pequeños inconvenientes que, en nuestra limitada naturaleza humana, parecen inmensos.

Pero ¿por qué podemos llegar a pensar que solo a nosotros nos pasa esto? Cuando no estamos sintonizados con el Padre, olvidamos lo que Él nos ha dicho y bloqueamos situaciones que están escritas en la Palabra y que nos sirven de ejemplo para superar esos momentos difíciles.

En Hebreos, capítulo 11, encontramos una lista de grandes creyentes de todos los tiempos. La principal cualidad que los une es justamente que pusieron, a lo largo de su vida terrenal, toda su confianza en el Señor, y por eso fueron capaces de hacer grandes hazañas o de superar grandes pruebas.

Vale destacar el hecho de que lo que los hizo sobresalir no fue una característica o cualidad que ellos tuvieran, ni una capacidad, ni un talento, nada de eso; lo que los hizo sobresalir fue el hecho de que pusieron su fe en el Señor más allá de toda circunstancia. Por ello que son destacados y sus vidas sirven de ejemplo para todos los creyentes.

Nombres como Abel, Enoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Rahab, Gedeón, David, Samuel, nos pueden traer a la mente grandes hazañas, pero debemos recordar también las grandes tribulaciones y problemas que tuvieron que enfrentar para poder sobresalir.

Dicho esto te invito a meditar un poco y a darte cuenta de un hecho que es real: el camino del cristiano no es sencillo, es complejo, difícil, pero de la mano del Padre todo se podrá resolver. Búscalo y entrégale todas tus aflicciones.

Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa.

Isaías 41:10