El dinero no es malo, pero el amor al dinero puede esclavizarnos y alejarnos de los principios del Reino. A continuación, descubramos cuatro mentiras que muchos hemos creído sin darnos cuenta.

 

 

1. “Seré feliz cuando tenga…”

Si no eres feliz ahora con lo que tienes, tampoco lo serás cuando tengas lo otro.
La verdadera felicidad no se encuentra en las cosas, sino en Cristo.

  • Cuando te endeudas para adquirir cosas materiales.

  • Cuando tu identidad se basa en lo que posees y no en quién eres en Cristo.

  • Cuando te comparas con otros.

  • Cuando los motivos para tener son incorrectos.

La felicidad no llega con la abundancia, sino con el contentamiento.

 

2. “No puedo dar porque no tengo”

En realidad, no tienes porque no das.
Dios no mira la cantidad, sino el corazón con el que das.

“Esta viuda pobre echó más que todos, porque de su pobreza dio todo lo que tenía.” — Lucas 21:3-4

No se trata de un trueque con Dios, sino de gratitud.
Dar demuestra que confías en Él y que reconoces que todo proviene de sus manos.

 

3. “¡Tú lo mereces!”

Esta es una de las mentiras más sutiles del sistema del mundo.
Pregúntate: ¿es realmente tu momento ahora o dentro de cinco años?

Practica la gratitud postergada: aprender a esperar y no dejarte dominar por el afán del consumo.

“El hombre justo deja herencia a los hijos de sus hijos.” — Proverbios 13:22

No todo lo que puedes comprar hoy es lo que Dios quiere darte ahora.

 

4. “El dinero lo resuelve todo”

Muchos piensan: “cuando tenga más dinero, seré feliz en mi matrimonio o en mi vida”.
Pero el dinero no es todopoderoso.
La bendición no depende de la cantidad, sino de la obediencia.

“El justo prosperará en todo lo que haga.” — Salmo 1

Ser rico no es lo mismo que ser bendecido.
Lo que tienes no te define.
La prosperidad del Reino se basa en el orden y la fidelidad a Dios.

 

Principios del Reino sobre el dinero

  • La integridad, la excelencia y el ahorro son necesarias en el Reino.

  • El problema no está en lo que ganas, sino en lo que hay en tu corazón.

  • Debemos sanar las motivaciones: muchos intentan llenar vacíos emocionales con cosas materiales.

  • Aprende a vivir por debajo de tus ingresos y ubícate en tu realidad.

 

El principio de la renuncia

El principio de la renuncia comienza cuando todo se lo entregas a Dios.
Nada es tuyo, todo es prestado.
Entrégale al Señor lo que tienes.

La generosidad debe doler, porque si no, solo es limosna.
Dios, cuando da, da lo mejor; y a Jesús le costó dar su vida.

Dios debe ser lo más importante en tu vida.

 

Dar con gratitud, no por trueque

No damos para que Dios nos bendiga, sino porque estamos agradecidos.
La manera en la que damos demuestra honra y fe.

“Den, y se les dará; una medida buena, apretada, remecida y rebosante.” — Lucas 6:38

Cada uno debe dar según lo que propuso en su corazón, con alegría y obediencia.

 

El Reino es un Reino de principios

  • La prosperidad se basa en la obediencia.

  • La generosidad revela nuestra fe y confianza en las promesas de Dios.

  • Si das el 10%, apenas estás cumpliendo un principio; la generosidad empieza más allá del deber.

  • El Señor merece lo mejor.

  • Ser generoso es acumular tesoros en el cielo.

“Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.” — Mateo 6:21

Dios no busca sacrificios, sino tu corazón.
Rinde tu vida primero al Señor, y luego será fácil entregar tu tiempo, tus recursos y todo lo que eres. Síguenos como: Radio Hcjb2