Los cambios vertiginosos que como sociedad estamos viviendo, donde, pareciera que hemos olvidado los absolutos y no tenemos un referente para vivir, es necesario regresar al fundamento de cómo vivir un verdadero matrimonio, conocer su diseño y los principios que lo rigen:

  1. Entrega Total, reconocer que el matrimonio es un pacto entre Dios, el hombre y la mujer, no solo es un contrato o un convenio, Dios es parte de nuestro Pacto Matrimonial y es necesario tener un compromiso de vida para vivir entregado a mi cónyuge. El compromiso de seguridad y confianza nos lleva a una entrega total. Por compromiso entendemos ser responsables de nuestros votos y vivir nuestras promesas no solo los primeros años, sino toda la vida. El matrimonio está diseñado para adultos responsables capaces de amar hasta una entrega total.
  2. Principio de Separación: La Biblia nos enseña que Hombre y Mujer al casarse fundan una nueva familia, y para esto es necesario este principio, una separación física, emocional y económica de sus padres, siempre les honraremos y amaremos pero para crecer como matrimonio necesitamos independencia.
  3. Principio de Unidad: El matrimonio está diseñado para ser la relación más profunda que pueda vivir el ser humano y es necesario aprender a vivir en unidad, ¿Cómo? Hablando, compartiendo nuestros sueños y anhelos, ponernos de acuerdo, pasar tiempos juntos, orar juntos; la mayoría de parejas que enfrentan conflictos en su matrimonio cuando se les pregunta si oran juntos, la respuesta es no. La unidad en Espíritu establece un cimiento sólido para construir un matrimonio sano y unido.
  4. Principio de pureza: la unidad sería tan profunda que nos llevaría a una relación sexual tan plena que seriamos uno solo en todo su plenitud y en el diseño de Dios tal entrega y expresión de amor nos daría el privilegio de tener descendencia, pero es necesario vivir la sexualidad en pureza.
  5. Principio de exclusividad (fidelidad), Dios estableció un hombre y una mujer desde el principio para fundar familias sanas, la fidelidad es un requisito que demuestra mi compromiso, entrega y me permite llegar a la unidad que Dios diseñó. Romper nuestros votos significa romper un pacto con Dios, mi pareja, mis hijos y haber menospreciado el plan de Dios para el matrimonio. La mejor manera de ser fieles es comprometernos cada día de nuestra vida a vivir una exclusividad en mi intimidad emocional y física solo con mi cónyuge y honrar a Dios a través de mi matrimonio.

Tengan todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales. Hebreos 13:4