Jesús nos pidió compartir las buenas noticias con todos; sin embargo, al ver las estadísticas y la realidad de nuestra ciudad, muchas iglesias están estancadas en su nivel espiritual y tienen poca asistencia. Si has notado que tu iglesia no crece y te preguntas por qué, no estás solo. Esta situación es común en muchas congregaciones, y al examinarla, podemos identificar factores que impiden el crecimiento de una iglesia.
Hoy queremos mencionarte algunas razones por las cuales una iglesia podría estar estancada.
- Se han convertido en un club privado: Las personas tienden a formar grupos exclusivos, y esto también ocurre en las iglesias. Esto crea un ambiente donde los nuevos no se sienten bienvenidos, dificultando su integración.
- Solo se enfocan en el crecimiento numérico: Aumentar el número de asistentes no garantiza crecimiento espiritual. Si solo se busca llenar la iglesia, se corre el riesgo de tener asistentes sin compromiso real con la fe.
- Las enseñanzas no son relevantes para la vida de las personas: Jesús adaptaba sus enseñanzas al contexto de su audiencia. Hoy, muchas iglesias no conectan sus mensajes con la realidad de las personas, lo que dificulta que el mensaje tenga impacto.
- No tienen una meta clara: Sin objetivos específicos y planes para alcanzarlos, el deseo de compartir las buenas nuevas de Jesús no se materializa en acciones concretas y efectivas.
- Hacen actividades, pero no seguimiento: Eventos y actividades atraen personas, pero sin un seguimiento adecuado, no se logra una conexión duradera ni un crecimiento real.
- Imitan a otras congregaciones: Copiar las prácticas de otras iglesias sin adaptarlas a la realidad propia puede resultar ineficaz. Cada congregación debe encontrar su propio camino basado en sus necesidades y contexto.
- No forman cristianos comprometidos con su fe: Una iglesia debe ser un lugar de apoyo y aprendizaje espiritual, no solo de entretenimiento. Los líderes deben fomentar una relación personal con Jesús en lugar de crear dependencia hacia ellos.
- Los servicios no están diseñados para los no creyentes: Los servicios deben ser comprensibles para los nuevos asistentes. Si el lenguaje y los temas son demasiado complicados, es difícil que los nuevos se sientan acogidos y regresen.
- No aceptan sus errores ni trabajan en ellos: Reconocer y corregir errores es fundamental. Ignorar los problemas o justificarlos lleva al estancamiento.
- Están estancados en el pasado: Aferrarse a tradiciones y costumbres sin adaptarse a los cambios impide que la iglesia alcance a las nuevas generaciones. Renovar las estrategias sin comprometer los valores cristianos es clave para el crecimiento.
Si tu iglesia se siente identificada con algunos de estos puntos, lo más saludable es tomar cartas en el asunto, pues el tiempo es clave para poder alcanzar más vidas para el Señor. Lo importante es reconocer los puntos en donde se está fallando para trabajar en ello.
1 Corintios 9:22
Cuando estoy con los que apenas empiezan a ser cristianos, me comporto como uno de ellos para poder ayudarlos. Es decir, me he hecho igual a todos, para que algunos se salven.
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