Entre la lonchera, la ropa por doblar, los deberes, el almuerzo, las reuniones de la iglesia y ese momentito de oración que a veces se nos escapa… ser mujer hoy es una hazaña. Pero hay formas reales de organizarte sin perder el juicio. Aquí van algunos trucos que me han servido (y que no suenan imposibles):
1. Planifica la semana en 15 minutos… con Dios
El domingo por la tarde (antes de que te gane la ansiedad del lunes), siéntate con tu agenda, una hoja o tu celular. Anota lo más importante de la semana y empieza orando: “Señor, muéstrame qué cosas son urgentes y cuáles simplemente me están robando la paz.”
Ese momento de pausa hace toda la diferencia.
2. Menú semanal: un respiro para tu cabeza
No tienes que convertirte en chef. Solo decide de antemano 3 almuerzos fáciles y repítelos. ¡No pasa nada! Puedes cocinar el arroz del lunes y que te sirva el miércoles. Si sabes qué vas a cocinar, evitas abrir la refrigeradora 15 veces al día con cara de “¿y ahora qué hago?”.
3. 10 minutos al día de “orden express”
El orden no tiene que tomarte horas. Usa un cronómetro del celular y pon 10 minutos para recoger lo que esté fuera de lugar. Tú, tus hijos o quien esté en casa. Pon música, hazlo divertido. Verás cómo cambia el ambiente (y tu estado de ánimo).
4. Todo tiene un lugar (incluso tu alma)
Guarda los juguetes en una canasta. Las llaves en una bandejita. Los recibos en un folder. Cada cosa en su lugar ahorra tiempo, pero también te da orden mental. Lo mismo con tu corazón: si algo te está desordenando por dentro, entrégaselo a Dios. Él sabe dónde ponerlo.
5. Aprende a decir no (en paz)
Una agenda llena no siempre es una vida plena. No todo lo que es bueno viene de Dios para ti. No digas sí por culpa. A veces, decir “no puedo esta semana” es obediencia. Tu familia, tu salud y tu comunión con Dios también necesitan espacio.
6. Usa la tecnología… a tu favor
Una alarma para leer la Biblia, otra para tomar agua, otra para apagar el celular y dormir. Hay apps cristianas de oración, listas de tareas y recordatorios. Si ya estás pegada al cel, úsalo para organizarte y no para estresarte más.
7. No te castigues si no todo sale perfecto
No somos robots. Habrá días donde no se cumpla nada del plan, y está bien. En vez de frustrarte, haz una pausa, ora, respira, toma una taza de té y empieza otra vez. Dios no busca mamás perfectas, busca mujeres que confíen en Él.
En resumen…
Organizarse es una forma de amar mejor a los tuyos… y a ti misma. No se trata de llenar tu vida de listas, sino de aprender a vivir con intención.
Y como dice Proverbios 31:27:
“Está atenta a la marcha de su casa, y no come el pan de la ociosidad.”
Eso no significa ser una máquina. Significa estar despierta a lo que realmente importa.
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