Como cristianos, tendemos a pensar en la gracia, como algo vinculado a nuestra salvación. Pero la gracia se trata de mucho más que de cómo venimos a Cristo. Nuestro entero caminar como cristianos, debe estar alimentado por la gracia de Dios. ¿Qué es la gracia? La providencia divina que nos exonera del castigo por una sentencia de culpabilidad. Por gracia, Dios no nos da el castigo que merecemos y por misericordia sí nos da su perdón y todas las cosas que necesitamos, aunque no lo merezcamos.

Dios no nos negó ni siquiera a su propio Hijo, sino que lo entregó por nosotros, así que también nos dará junto con él todas las cosas.

Rom.8:32 (TLA)

De hecho, la gracia trae grandes bendiciones a nuestras vidas:

  1. Somos salvados y perdonados por gracia. Aunque no lo merezcamos, Dios hace borrón y cuenta nueva, por su gracia (Isaías 43:25).
  2. Somos sostenidos por gracia. Dios nunca te pedirá hacer algo donde Él no te de la habilidad y el poder para hacerlo. Ese poder y habilidad se llama gracia (Filipenses 2:13).
  3. Somos sanados y liberados por gracia. Nuestra relación con Jesús no es un montón de tareas rutinarias por hacer. En vez de eso, se trata de descansar y confiar en lo que el Señor ya ha hecho. Si tu vida como cristiano no es una vida de descanso en Cristo, tú te estás dirigiendo hacia el legalismo (Mateo 11:28-30).
  4. Somos dotados por talentos debido a su gracia. Dios nos ha dado a cada uno de nosotros la habilidad de hacer bien algo, y hemos de usar esas habilidades para él (Romanos 12:6).
  5. Maduramos o crecemos por gracia. El trabajo de Dios de transformarnos a la semejanza de Jesús, sucede no porque nos lo hayamos ganado o por nuestro propio esfuerzo, sino por la Gracia de Dios (2 Pedro 3:18).

La gracia de Dios es real, poderosa y una bendición en nuestras vidas. Tú podrías ver todos estos beneficios y preguntarte, “¿Cómo recibo la Gracia de Dios?” La respuesta es tu respuesta de entrega a Dios.

Tomado y adaptado de: pastorrick.com