La política es un tema que genera controversia en el mundo cristiano. Algunos argumentan que los creyentes deben mantenerse al margen, mientras que otros insisten en que es nuestro deber involucrarnos. Pero, ¿qué dice la Biblia al respecto? La Palabra de Dios no menciona explícitamente el voto, los partidos políticos o las elecciones, pero sí nos da principios claros sobre nuestra responsabilidad en la sociedad. Veamos qué nos enseña.
1. Dios es soberano sobre las naciones
Antes de hablar de participación política, debemos recordar que Dios es quien pone y quita gobernantes. En Daniel 2:21 se nos dice:
«Él cambia los tiempos y las edades; quita reyes y pone reyes; da la sabiduría a los sabios y el conocimiento a los entendidos.»
Esto nos deja claro que, aunque los gobiernos humanos tienen poder, el control final lo tiene Dios. Sin embargo, eso no significa que los cristianos debamos ser indiferentes a lo que sucede en nuestro país.
2. Somos llamados a ser luz en el mundo
Jesús nos llamó a ser “la luz del mundo” y “la sal de la tierra” (Mateo 5:13-16). Esto implica que no podemos quedarnos de brazos cruzados ante la injusticia, la corrupción o las malas decisiones que afectan a la sociedad.
Si la política es un medio para promover la justicia, ¿no sería correcto que los cristianos formaran parte de ella? No se trata de buscar poder por ambición, sino de influir con valores bíblicos.
3. La Biblia nos enseña a respetar las autoridades, pero también a participar
En Romanos 13:1 Pablo nos recuerda:
«Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.»
Esto significa que debemos respetar a los gobernantes, pero también ser ciudadanos responsables. En sociedades democráticas, una forma de hacerlo es votando, promoviendo justicia y participando en los asuntos públicos.
Un buen ejemplo en la Biblia es José, quien ocupó un alto cargo en Egipto y usó su posición para salvar a muchas personas (Génesis 41). También encontramos a Daniel, quien sirvió en el gobierno babilónico sin comprometer su fe (Daniel 6).
4. ¿Participar en política nos aparta de Dios?
Algunos cristianos temen que involucrarse en política los desvíe de su relación con Dios. Y sí, el poder y la corrupción son riesgos reales. Pero la clave está en mantener nuestros principios firmes y recordar que nuestra lealtad principal es a Cristo, no a ningún partido político.
En Mateo 22:21, cuando le preguntaron a Jesús sobre los impuestos, Él respondió:
«Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.»
Esto nos muestra que podemos cumplir con nuestras responsabilidades civiles sin descuidar nuestra vida espiritual.
5. ¿Qué puede hacer un cristiano en política?
Si decides involucrarte en política, ya sea votando, postulándote para un cargo o promoviendo valores cristianos, recuerda estas claves:
✅ No comprometas tu fe. No hagas alianzas que te obliguen a actuar en contra de la voluntad de Dios.
✅ Ora antes de actuar. Pide sabiduría para tomar decisiones correctas (Santiago 1:5).
✅ Defiende la verdad y la justicia. No participes en corrupción ni manipulación (Miqueas 6:8).
✅ Recuerda que nuestra esperanza está en Cristo, no en los gobiernos humanos.
Recuerda que:
La política no es un terreno prohibido para los cristianos, sino una oportunidad para influir con los principios del Reino de Dios. No todos son llamados a ocupar un cargo público, pero sí podemos participar de manera responsable y bíblica.
Si bien los gobiernos humanos son imperfectos, nuestra misión sigue siendo la misma: ser testigos de Cristo en cada área de la sociedad.
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