“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.” — 2 Corintios 9:7
La generosidad: una expresión de amor
Dar no es solo una acción, es una expresión del corazón. Cuando una persona da con alegría, está mostrando el reflejo del amor de Dios en su vida. La gratitud genuina se traduce en generosidad; quien reconoce lo mucho que ha recibido, no puede evitar compartir.
Ser generoso no depende de cuánto tengamos, sino de cuánto amor ponemos en lo que entregamos. Dios no mira la cantidad, mira la intención. Y cuando damos con un corazón sincero, Él se encarga de multiplicar el fruto de ese acto.
Cuando compartimos algo pequeño, Dios lo multiplica
Muchas veces pensamos que lo que tenemos para dar es muy poco. Pero Dios ha mostrado una y otra vez que lo pequeño, en Sus manos, puede transformarse en algo grande.
Un ejemplo claro es el niño que ofreció sus cinco panes y dos peces —algo insignificante ante una multitud— y Jesús los multiplicó para alimentar a miles.
Así también ocurre cuando compartimos desde la gratitud. Tal vez es una palabra, una oración, una ofrenda o un gesto amable… pero cuando lo entregamos con alegría, el Señor lo usa para bendecir vidas que ni siquiera imaginamos.
Misión Compartida: una semilla que sostiene esperanza
En Misión Compartida, cada aporte representa mucho más que una contribución económica. Es una semilla de fe, sembrada en terreno fértil, que permite que el mensaje del Evangelio continúe llegando a hogares, hospitales, comunidades y corazones que necesitan esperanza.
Tu generosidad sostiene la voz de quienes proclaman las buenas nuevas. Permite que cada testimonio, cada canción y cada palabra transmitida a través de HCJB2 siga siendo un canal del amor de Dios.
Cuando das con alegría, te conviertes en parte de esa cadena de bendición. No das solo a una radio; das para que más personas conozcan al Dios que transforma vidas.
Dar con alegría es una forma de agradecer lo que Dios ha hecho por nosotros. Cada gesto de amor, por pequeño que parezca, se convierte en una semilla de esperanza que Él mismo hace crecer.
Que en esta Misión Compartida, tu gratitud se convierta en acción, y tu acción, en bendición.
Porque cuando damos con alegría, Dios sonríe, el cielo se abre y la esperanza se comparte.
Escríbenos al : 0982777733 y únete para seguir sosteniendo el Ministerio.
Deja tu comentario