En medio de todo, Dios es fiel.
Hay muchos versículos que nos recuerdan su fidelidad en tiempos de dolor. La conmovedora imagen de Dios tomando nuestras lágrimas, tiene un gran significado. Él ve nuestro dolor y no lo desprecia. Y es que la biblia está llena de promesas, el Salmo 46:10 nos recuerda que debemos «estar quietos» y descansar en el conocimiento de que Él es sobrenatural.
Una parte importante para superar la aflicción, es expresarle al Padre cómo nos sentimos y qué pensamientos existen en nuestro interior.
Su poder y amor infinito no deja de sorprendernos, aún más cuando nos sentimos afligidos.
Él es nuestro refugio (Salmo 91:1-2).
En gran parte, los salmos siempre terminan con alabanzas. Sabemos que David vivió un sinnúmero de tribulaciones desde que inició su llamado, pero a pesar de ello, siempre le fue fiel a Dios y creyó hasta el final.
Otro aspecto importante es saber que estamos llamados a restaurar y ser empáticos. El cuerpo de Cristo está diseñado para aliviar las cargas de cada uno de sus miembros (Gálatas 6:2) La aflicción es parte de la vida humana, es una respuesta natural a la pérdida. Pero tenemos la esperanza en Cristo, y sabemos que Él es lo suficientemente fuerte para llevar nuestras cargas (Mateo 11:30).
Te invito a que deposites tu confianza en Dios cada día de tu vida, alienta a tu prójimo a avanzar y no dejes que te gane el desánimo.
Pero también nos alegra tener que sufrir, porque sabemos que así aprenderemos a soportar el sufrimiento. Y si aprendemos a soportarlo, seremos aprobados por Dios. Y si él nos aprueba, podremos estar seguros de nuestra salvación. De eso estamos seguros: Dios cumplirá su promesa, porque él nos ha llenado el corazón con su amor, por medio del Espíritu Santo que nos ha dado. Romanos 5: 3-5
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