Hablemos sobre la alimentación de nuestros hijos, este es uno de los temas que más conversamos las mamitas, ¿verdad? ¿Será porque es todo un desafío esta área? Será porque nuestra sazón no es tan especial como la de las abuelitas? o simplemente es un proceso que debemos aprender.

Aquí te comparto algunos consejos que nos pueden ayudar a sobrellevar esta área de una mejor manera y garantizar la salud de nuestros hijos:

  • Debemos tener a la mano la pirámide con los alimentos que nuestros hijos deben comer, actualmente puedes encontrar una tabla con pesos y cantidades para bebés, preescolares y adolescentes, de esta manera puedes combinar la cantidad de fruta, carbohidratos, proteína según la edad de tus pequeños y asegurarte de no exagerar las porciones o dejar de lado lo que necesitan para su crecimiento.
  • Habla a tus hijos sobre lo que los alimentos aportan a su cuerpito, muchas veces lo niños se convencen de que cierta cosa es buena o mala por la información que tienen. Por ejemplo: menciona que las frutas permiten que tengan músculos y puedan correr más rápido o que el brócoli les ayuda a resolver las matemáticas y que el pescado les ayuda a leer muy bien y en voz alta.
  • Usa las herramientas que nos ofrece la tecnología, hay redes sociales que brindan recetas rápidas y creativas en las que puedes usar verduras y legumbres para que los niños puedan comer este grupo de alimentos de manera divertida.
  • Permite que haya algo que a tus hijos no los guste –al igual que a nosotras– quizá no te gustan los espárragos, la remolacha o la cebolla perla. No luches con eso que no es tan agradable al paladar de tus hijos, puedes cambiarlo por otro alimento, yo sé que una mamá siempre gana, pero también cede un poco en esta área.
  • Prepara postres fáciles y saludables junto a tus hijos, para que ellos sepan lo que viene después del almuerzo. También puedes encontrar recetas sobre helados o smoothies que te aseguro que les encantarán.
  • Desarrolla tu paciencia, aprendí del Dr. Dobson que, si los niños no quieren comer en ese momento, seguro más tarde lo harán porque sus pancitas van a pedir algo que las alimente. Espera y descubre los hábitos de alimentación de tu hijo con un quintal de paciencia.

No permitas que la alimentación de tus hijos robe lo más importante del día, el sentarse a la mesa juntos es un privilegio que no todas las familias lo tienen, disfruta de este tiempo para conversar con tus hijos, abre la conversación para saber detalles sobre su día en la escuela, lo que más les gustó, lo que les puso tristes y oren juntos dando gracias al Señor por el pan de cada día.