El dinero es un elemento de control económico, compra a la gente, la usa como objeto y no la valora como ser humano. En una situación como esta, el varón no cumple con su obligación de ser el proveedor de su hogar como Dios lo establece.

Si la pareja no se ha emancipado completamente de sus padres en este aspecto, es mejor que el matrimonio no viva cerca de ellos. A algunos padres les resulta difícil el conceder la autonomía económica a sus hijos y la proximidad fomentará problemas como éstos:

A) FALTA DE LIDERAZGO
El que paga manda o el que mantiene manda

B) FALTA DE ESTÍMULO PARA SUPERACIÓN:
• Económica (ya tiene todo y nada a la vez), se depende totalmente de los padres
• Profesional (no le hace falta nada)
• De responsabilidad ( no existe el compromiso)
• Espiritual ( no hace falta Dios)

C) RIVALIDAD ENTRE LOS PADRES Y EL ESPOSO O ESPOSA
Se genera una desventajosa comparación entre lo que uno y otro son capaces de suplir.

D) FALTA DE MADUREZ
• Fomenta la des obligación e irresponsabilidad
• La responsabilidad engendra madurez, al no existir la primera, tampoco habrá la segunda.

¿Y AFECTIVAMENTE?
El matrimonio que depende afectivamente de los padres nunca lograra la unidad, ya que en cualquier conflicto siempre contará con la salida de recurrir a papá o mamá, y ello impedirá que en el seno del matrimonio se genere la solución al problema.

 “Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros,  ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros;  no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.
Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.  Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno.  A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan”. 2 Tesalonicenses 3:7-12

CONCLUSIÓN

El mandamiento de nuestro Señor Jesucristo de que dejemos padre y madre y que nos unamos a nuestra mujer y seamos una sola carne, es en todos los aspectos de la vida matrimonial; desde la separación física para una intimidad o la separación moral para no depender de terceras personas, hasta la separación económica, que forma el carácter y la personalidad adecuada para ser responsables del destino de la nueva familia que Dios ha creado y que ha puesto en nuestras manos. Entremos en el desafío de dejar padre y madre en todos los aspectos. Es todo un reto, pero es promesa de Dios, el que si cumples su palabra en todo te irá bien.

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien ” Josué 1:8