Cuando pensamos en héroes de la fe, a menudo vienen a nuestra mente los grandes personajes bíblicos como Moisés, Pablo o Esther. Pero también hay hombres y mujeres más cercanos en la historia que, con sus vidas, nos muestran lo que significa amar a Dios por encima de todo. Uno de ellos es Adoniram Judson, el primer misionero estadounidense enviado a predicar fuera de su país, y cuyo legado sigue tocando vidas hasta hoy.

¿Quién fue Adoniram Judson?

Nació en 1788 en Massachusetts y desde joven fue un apasionado por el conocimiento. Aunque en algún momento dudó de la fe, un hecho cambió su vida: la muerte de un amigo incrédulo que lo hizo reflexionar sobre la eternidad. Desde entonces, su corazón ardió por servir a Cristo.

En 1812 partió con su esposa hacia Asia. Tras pasar por la India, llegó a Birmania (actual Myanmar), un lugar desconocido, lleno de barreras culturales y espirituales. Allí dedicó casi 40 años de su vida a compartir el evangelio.

Lo que podemos aprender de su vida

  1. Perseverancia en medio del dolor: Judson perdió a varias de sus esposas e hijos por enfermedades, y aun así permaneció fiel a su llamado.
    📖 “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia” (Filipenses 1:21).

  2. La importancia de la Palabra: Tradujo la Biblia completa al birmano, una obra monumental que todavía bendice a miles de creyentes en Myanmar.
    📖 “La hierba se seca, la flor se marchita; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre” (Isaías 40:8).

  3. El poder del testimonio: A pesar de ser encarcelado y torturado durante la guerra anglo-birmana, nunca renegó de su fe. Su vida mostró que el evangelio no solo se predica con palabras, sino con fidelidad hasta el final.
    📖 “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2:10).

 

¿Por qué deberíamos conocerlo hoy?

La vida de Adoniram Judson nos recuerda que seguir a Jesús cuesta, pero vale la pena. Él no tuvo comodidades ni fama, pero tuvo lo más grande: la certeza de que cada sacrificio estaba sembrando eternidad. Su historia nos anima a no quedarnos en una fe cómoda, sino a vivir con pasión por Cristo, aquí y ahora, donde Él nos ha puesto.

Recuerda:
Quizás tú no seas llamado a ir a Birmania, pero sí a compartir de Cristo en tu casa, tu trabajo, tu barrio. Así como Judson obedeció, hoy el Señor te llama a ti también.

📖 “¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” (Romanos 10:15).

En HCJB2 creemos que las historias como la de Adoniram Judson son faros de fe que nos inspiran a seguir adelante.
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