¿Sabías que Dios quiere que seas una mujer que lee? Pero, ¿por qué le importa a Dios lo que una lee? Pues, Dios decidió revelarse a nosotros sobre los siglos a través de un libro: la Biblia, en la cual podemos aprender la historia de su gente y mirar la vida de Jesús mientras caminaba en la tierra. ¡Que regalo para importante son los libros!
También debemos recordar las palabras de Jesús (citando el libro de Deuteronomio – mira que él leyó también) “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, toda tu alma, y con toda tu mente.” Dios nos dio mentes tan creativas que cuando leemos, simulamos el texto en el cerebro de tal manera que grabamos las experiencias como memorias personales. Este fenómeno es especialmente fuerte en mujeres porque nuestro sistema límbico (el asiento de las emociones) es más excitable que el de los hombres.
Por lo tanto, nos toca ser muy sabias en la selección de nuestra lectura. Leyendo literatura de alta calidad nos puede dar más empatía y compasión para las experiencias de otros y puede abrir nuestras mentes a vistas nuevas. Pero leyendo novelas baratas puede enganchar nuestras mentes con falsas expectativas de relaciones (especialmente románticas) y crear descontento. Con cada novela que consideramos leer, preguntémonos “¿Éste me ayudará a amar a mi Dios con toda mi mente aún más o éste me alejará de él?”.
Interesantemente, la Biblia está llena de géneros diferentes de literatura: historia, poesía, parábola, expositivo, etc. Dios nos regaló una variedad de maneras de verle y entenderle en la Biblia, tal como una joya revela nuevas bellezas con cada vuelta de las facetas en la luz. Nosotras también podemos seleccionar nuestros libros de una variedad de géneros que nos puede edificar y ayudar a amar y a servir más al Señor. Pregunta a mujeres que admiras para que te den recomendaciones de libros que les han bendecido.
Finalmente ¿Cómo podemos encontrar el tiempo para leer en nuestras vidas tan ocupadas? Parece chistoso, pero cuando mis hijos eran pequeños, el lugar en donde más leí era el baño. No desprecies los tiempitos cortos de lectura. ¿Sabías que, al leer tan sólo diez páginas de un libro cada día, leerás alrededor de 20 libros en un año? Aparta unos minutos antes de irte a dormir o cuando los niños están haciendo sus deberes y ponte a formar tu mente con la lectura. Así crecerás adorando nuestro Dios con toda tu mente.
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