¿Te ha pasado que cuando tus hijos te piden dinero para algo tu respuesta inmediata ha sido “no tengo”? Esta puede ser la respuesta que nos permita salir al paso por el momento, pero si se vuelve un hábito, no es el mejor ejemplo de fe y compromiso que un padre debería usar para negarse a dar algo cuando le pidan. Esta respuesta dejará la impresión de que uno es un padre necesitado, desventurado y escaso de visión. Esa no es la imagen que Dios espera que los padres cristianos transmitan a sus hijos.
En ocasiones nos escondemos detrás de la excusa de la falta de recursos para evitar hacer aquello que queremos o debemos hacer, porque es complejo realizar o porque no nos sentimos profundamente comprometidos.
Excusarse con un “No tengo” limitaría también la imagen que nuestros hijos se hagan de Dios como alguien limitado y débil.
Ahora, eso no significa que debes tenerlo todo y darles a tus hijos siempre todo lo que te pidan. Es importante enseñarles sobre la austeridad pero se les debe dar muchas otras razones más allá de un breve e infantil “no tengo”. El no tener puede ser solo una de las razones pero no siempre la única. Por lo general una visión escasa, una fe escasa y un conocimiento escaso te hacen decir “no tengo”.
Por ello te desafío como lo hizo Dios con Jeremías: “No digas que sólo eres un muchachito…” Jer. 1:7 RVC.
Por Duval Rueda
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