El 31 de diciembre no siempre llega con alegría.
A veces llega con cansancio, con silencios, con cosas que no salieron como esperábamos.
Y aun así, hay motivos reales para agradecer.
No desde la obligación, sino desde la honestidad.
No porque todo estuvo bien, sino porque Dios estuvo.
Estar aquí, con vida, ya es motivo de gratitud.
Respiraste todo este año. Te levantaste incluso en días en los que no tenías fuerzas.
Seguiste caminando, aunque a veces lo hiciste en automático o con el corazón cansado. La vida no fue perfecta, pero fue sostenida.
Dios te sostuvo incluso cuando no te diste cuenta.
También vale la pena agradecer las batallas que no te destruyeron.
Hubo momentos difíciles. Días en los que sentiste que no ibas a poder. Situaciones que dolieron más de lo que imaginabas.
Y aun así, aquí estás. Tal vez diferente, tal vez más sensible, pero más consciente de que no todo depende de ti.
Eso también es crecimiento.
Agradece a las personas que permanecieron.
Tal vez no fueron muchas, pero fueron reales. Una palabra, una llamada, una oración, una presencia en el momento justo.
Y sí, también agradece a quienes se fueron, porque te enseñaron a soltar, a poner límites y a confiar más en Dios que en las personas.
Nada fue en vano.
Agradece lo que aprendiste, incluso lo que dolió aprender.
No todas las lecciones llegaron con sonrisas. Algunas llegaron con lágrimas, errores y decepciones. Pero Dios no desperdicia nada.
Él transforma incluso lo que duele en sabiduría para el alma.
Hoy sabes cosas que antes no sabías. Y eso importa.
Y sobre todo, agradece la fe que no se apagó.
Tal vez dudaste. Tal vez cuestionaste. Tal vez no oraste tanto como querías.
Pero sigues aquí, buscando a Dios, leyendo estas líneas, creyendo aunque sea con una fe pequeña.
Esa fe, aunque imperfecta, sigue viva.
No necesitas cerrar el año con todo resuelto.
Solo necesitas cerrarlo con el corazón en paz.
Agradecer no borra el dolor, pero sí alivia el alma.
Y cuando agradeces, incluso en medio del cansancio, le recuerdas a tu corazón que Dios sigue siendo fiel.
Oración corta para cerrar el año
Señor, gracias por este año tal como fue.
Por lo que entendí y por lo que no.
Por lo que dolió y por lo que sanó.
Descanso en Ti, confiando en que Tú sigues guiando mis pasos. Amén.
Síguenos como Radio Hcjb2 en todas nuestras redes.
Deja tu comentario