Elegir el calzado correcto para los más pequeños no es solo una cuestión de estilo, sino de salud y comodidad. Un zapato bien pensado puede acompañar su crecimiento, mientras uno inadecuado puede generar molestias o incluso problemas en el futuro. Aquí te comparto consejos claros para acertar al elegir.

¿Por qué es importante el calzado adecuado?

Los niños caminan, corren, saltan y exploran constantemente. Un zapato que no les da soporte o que les queda mal puede:

  • Causar uñas encarnadas.

  • Provocar desviaciones musculares o óseas.

  • Generar deformidades en los dedos.

  • Afectar la forma de caminar.

Un zapato mal dimensionado o rígido puede interferir con el desarrollo natural del pie.

Señales de que puede haber un problema

Si ves que tu hijo:

  1. Tropieza con frecuencia o camina torpe.

  2. Usa las puntas de los pies hacia adentro.

  3. Camina de puntillas o hace pequeños saltitos.

…podría ser una señal de que el calzado no le queda bien o hay un problema en el pie. Ante esto, lo mejor es consultar un especialista.

¿Cuándo empezar a calzar al bebé?

Antes de los 2–3 meses de vida, no es necesario utilizar zapatos rígidos; en esta etapa es mejor permitir que los pies del bebé estén lo más libres posible. Cuando empieza a dar sus primeros pasos, se recomienda usar un calzado ligero y flexible que no limite el movimiento.

Características que debe tener un buen calzado infantil

Aunque varían con la edad, estos son los aspectos esenciales:

  • Ser cómodo y estable.

  • Puntera flexible que permita el movimiento natural del pie.

  • No tener costuras internas que generen rozaduras.

  • Cierre regulable (velcro, cordones) para que el pie quede sujeto sin presiones.

  • Contrafuerte firme para evitar desviaciones del talón.

  • Suela flexible, para que se doble en la zona delantera y acompañe los movimientos.

  • Longitud adecuada: suficiente espacio sin que “baile” el pie.

Cómo elegir la talla correcta

Para lograr el ajuste ideal:

  1. Abre el zapato y retira los cordones o velcros.

  2. Coloca el talón en el fondo del zapato.

  3. Verifica que quepa el grosor de un dedo entre la punta del pie y el interior del zapato.

Este espacio ayuda a prevenir que los dedos se aplasten o se lesionen.

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Información tomada de: “Pautas para comprar el calzado infantil más adecuado” — Tu Canal de Salud