A veces enfrentamos momentos en los que nos sentimos heridos por las acciones de otras personas. Ya sea a través de una traición, una palabra cruel, o una injusticia, el daño emocional o físico que otros nos causan puede ser profundo. En este contexto, surge una pregunta fundamental: ¿Debo acercarme nuevamente a aquellos que me hicieron daño?
Desde la perspectiva cristiana, el amor hacia el prójimo es uno de los mandamientos más importantes, pero eso no significa que debamos permanecer cerca de quienes nos han hecho daño de manera continua. Jesús nos enseña a amar a todos, pero también nos muestra la importancia de establecer límites para protegernos y vivir en paz.
Amar con Distancia: El amor que protege.-
La Biblia nos llama a amar a nuestro prójimo, incluso a nuestros enemigos, pero esto no implica necesariamente estar cerca de ellos en todo momento. Amar con distancia es una forma sabia y madura de amar. Significa orar por la persona que te ha herido, desearle lo mejor, pero sin exponerte constantemente a nuevas ofensas. El amor cristiano no es sinónimo de permitir que otros te lastimen una y otra vez.
En Mateo 5:44, Jesús dice: “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen”. Esto nos muestra que el amor no siempre implica una relación cercana. Puedes orar por la sanidad de la otra persona, por su transformación, y por su bienestar, pero eso no significa que debas acercarte a ella si eso pone en riesgo tu bienestar emocional, mental o espiritual.
Estableciendo límites con sabiduría.-
En Proverbios 4:23 se nos enseña: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”. Esto implica que es esencial cuidar nuestro corazón de las heridas repetidas. Establecer límites es una forma de protegernos y permitir que nuestro corazón se mantenga sano y fuerte. No es un acto de rencor, sino de autocuidado y de sabiduría.
A veces, acercarnos nuevamente a quienes nos han lastimado puede significar reabrir viejas heridas, o incluso ser vulnerables a nuevos daños. Jesús mismo mostró la importancia de poner límites. Por ejemplo, cuando los fariseos le tendieron trampas, Él no se dejó atrapar ni se acercó a ellos en todo momento; en cambio, les habló con sabiduría y se apartó cuando era necesario.
Orar por ellos: El amor que libera.-
Una de las formas más poderosas de demostrar amor cristiano es orar por aquellos que nos han hecho daño. Orar no significa necesariamente que debemos acercarnos nuevamente, sino que buscamos la paz en nuestro corazón y pedimos a Dios que obre en la vida de la otra persona. En Romanos 12:14, la Biblia nos dice: “Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis”. Cuando oramos por aquellos que nos han herido, les estamos entregando a Dios, confiando en que Él puede transformar su vida y la nuestra.
Al orar por aquellos que nos han hecho daño, también podemos experimentar sanidad en nuestro propio corazón. El perdón y la oración nos liberan de la carga del resentimiento, lo cual es fundamental para nuestra paz interior.
La sabiduría de Jesús: amar pero poner límites.-
En Juan 2:24-25, la Escritura dice: “Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no necesitaba que nadie le diese testimonio del hombre; porque Él sabía lo que había en el hombre”. Jesús sabía cuándo acercarse a las personas y cuándo era necesario mantener distancia. Él nos da el ejemplo de cómo equilibrar el amor con la prudencia. Podemos amar a las personas, orar por ellas, y desearles lo mejor, pero también debemos reconocer cuando acercarnos podría ser perjudicial para nosotros.
¿Qué Hacer?
Si te has sentido herido por alguien y te preguntas si debes acercarte de nuevo, aquí hay algunos pasos prácticos basados en la Biblia:
- Ora por la persona: Pide a Dios que les dé paz, sanidad y transformación.
- Establece límites claros: Cuídate y protege tu corazón. No tienes que volver a exponerte a situaciones dolorosas o dañinas.
- Perdona, pero no olvides la sabiduría: El perdón es esencial, pero eso no significa que debas poner en peligro tu bienestar. Jesús nos enseña que el perdón puede coexistir con la prudencia.
- Busca consejo sabio: Si la situación es complicada, habla con un líder espiritual o un consejero cristiano que te ayude a discernir lo mejor para ti y tu salud emocional.
Recuerda:
Amar a nuestro prójimo es uno de los mandamientos más fundamentales de la fe cristiana. Sin embargo, eso no significa que debamos acercarnos a quienes nos han hecho daño de manera constante o sin pensar en nuestro bienestar. Amar con distancia es una forma madura de amor que busca la sanidad de todos los involucrados. Orar por aquellos que nos han herido y establecer límites claros es una forma de mostrar amor mientras nos cuidamos a nosotros mismos. En todo esto, buscamos imitar a Cristo, quien nos amó profundamente pero también mostró sabiduría al relacionarse con aquellos que no compartían Su visión ni Su corazón.
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