En numerosas ocasiones la Biblia afirma que «Dios es compasivo y misericordioso». El término “misericordioso” en hebreo es «Rahum», una derivación de «Rehem», cuyo significado es “seno, útero materno”. Lo que quiere decir que Dios nos ama con la ternura de una madre que nos ha engendrado y dado a luz.

La Ternura es algo que sale de lo más profundo de nuestro ser en busca de llenar los vacíos y necesidades de quienes están en nuestro círculo de influencia, empezando por los seres amados hasta las causas humanas humanitarias más distantes. La ternura no está en lo grande, ni en lo brillante, ni en lo que se destaca, está en lo pequeño, en lo sencillo, en los detalles de todos los días.

La Ternura es ser sensible ante las situaciones del otro. La ternura es el arte de “sentir” a la persona, al ser humano en su totalidad. Decimos que se puede hablar con ternura, mirar con ternura, abrazar con ternura.

La Ternura está en aquello que parece pequeño pero que se hace grande en el corazón; Se la puede ver y sentir en el beso sincero, en el apretón cálido de manos, en el abrazo inesperado, en una mirada llena de cariño que nos dice: ¡estoy aquí, puedes contar conmigo! La ternura está en el perdón, en la solidaridad y en todo acto y actitud de servicio y cuidado de cuantos puedan depender de nosotros.   ¡Vive la TERNURA!

Por Duval Rueda