Los padres más comprometidos en su paternidad, reportan sentirse más contentos y saludables en sus vidas. Algunas investigaciones reportan que los hombres entregados a las tareas del hogar, al cuidado de los hijos y a pasar un buen tiempo en familia suelen tener mejor salud mental, cuidan más su salud, toman menos alcohol, consumen menos drogas y participan más en actividades comunitarias. En resumen, cuando un padre está comprometido con su paternidad, eso es beneficioso para hijos e hijas, para los propios hombres y también para las mujeres. Todos ganan.

El hecho que un padre esté presente en todo el proceso del cuidado y control prenatal y finalmente en el parto de su hijo(a) es fundamental para para fortalecer el vínculo con ese hijo o hija.

Hay evidencia que sugiere además que cuando los hombres están más implicados en tareas de paternidad y domésticas, eso trae además beneficios para la pareja. Cuando las mujeres tienen como pareja a un hombre comprometido en estas tareas, ellas reportan más bienestar en diversas dimensiones, por ejemplo, en su vida sexual. También reportan sentirse menos estresadas y menos sobrecargadas.

No obstante, vivimos un orden de género muy complementario, segregado y machista. El desafío es cambiar ese orden porque los hombres no sólo tienen la responsabilidad de cuidar, sino que también el derecho a entrar a ese mundo. Cuidar y criar es un proyecto social de beneficio compartido.