En el libro «Una Vida con Propósito», Rick Warren dice que “tu carácter es esencialmente la suma de tus hábitos” Si queremos desarrollar un gran carácter, debemos formar hábitos que nos permitan conocernos a nosotros mismos, tener propósito y motivaciones claras y desarrollar competencias que nos mantengan con entusiasmo, pasión y dirección en nuestro caminar diario.

Para Ken Blanchard, autor de Un Líder Como Jesús, una persona cristiana en general y los líderes en particular deben cultivar los siguientes hábitos alineados a su propósito:

  1. Tener tiempos de soledad. Este hábito implica estar completamente a solas con Dios por un período significativo de tiempo. ¿Para qué nos sirve? Para encontrar fortaleza ante las pruebas, buscar sabiduría y dirección ante una decisión, evaluar la carrera de nuestra vida cotidiana y descargarse absolutamente de todas las preocupaciones al depositarlas en las manos del Señor.
  2. Mantener una comunicación abierta con Dios mediante la oración. La oración es una manera de demostrarnos a nosotros mismos si estamos tomando en serio nuestro interés por Dios. Una persona que es indiferente a quien está a su lado no pude mantener una relación significativa.
  3. Estudiar y aplicar la Palabra. La Biblia es más que el registro del pensamiento de Dios para orientar nuestra vida; es una carta íntima escrita para nosotros por su Padre. Aceptar y responder al amor incondicional de Dios. La confianza nos da esperanza y amor seguridad.
  4. Involucrarse en relaciones de apoyo. En comunidad nos fortalecemos porque allí encontramos apoyo emocional y espiritual, por ello es vital para un creyente cultivar relaciones cercanas en grupos pequeños.
  5. Mantener el enfoque. Entre más enfocado estés, más efectivo serás –y más te usará Dios. La Biblia dice, “Los planes bien pensados y el arduo trabajo llevan a la prosperidad, pero los atajos tomados a la carrera conducen a la pobreza.” Proverbios 21:5 (NTV).

Hábitos como estos fortalecieron a Jesús en su ministerio terrenal y nos fortalecerá también a nosotros.

“Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes”. 2 Corintios 9:8 (NVI)