“Todo lo que soy se lo debo a mi madre”. Abraham Lincoln.

Tal vez, estás sola porque pasaste la experiencia de un divorcio; si es así, espero que tú y tu esposo le hayan explicado juntos a sus hijos la razón del divorcio, y aclarado repetidas veces que los niños no tienen la culpa. Lo que más tienen que enfatizar a sus hijos es que ellos pueden estar seguros del amor de papa y mamá para cada uno de ellos. Es sano para los niños que tu ex esposo y tú organicen visitas constantes a los niños, con horarios establecidos, esto les dará seguridad. También, si es posible, que pasen tiempo con las familias de ambos padres, y que se pongan de acuerdo en normas disciplinarias, es decir un mismo libreto, para no causar conflicto en los chicos. Los niños de padres divorciados sufren la separación, pero si se maneja de manera adecuada y no hay ofensas públicas entre los padres ni faltas de respeto, lo van a lograr.

Si tu caso es que te enamoraste y no supiste establecer límites y te embarazaste y el padre simplemente decidió no casarse o tú rehúsate al compromiso, de una u otra manera, estás sola criando a tus hijos, ¿cómo enfrentarlo?, ¿Cómo lograr grandes resultados con tus hijos?, ¿Cómo superar la soledad?

Primero
Que puedas reconocer que eres hija de Dios, amada completamente, que Él es tu esposo, y que no se avergüenza de ser tu Padre ni de llamarte hija. Que está a tu lado y que cada promesa del Padre es para tus hijos, que hayas sanado el dolor de tu corazón y que Dios haya restaurado tu autoestima, mujer eres la joya que adorna su corona, eres una gran guerrera y con Dios tú y tus hijos lo lograrán.

Segundo
Espero que hayas perdonado al padre de tus hijos por su abandono, por su irresponsabilidad, por su indiferencia, en fin cualquiera que haya sido sus motivos, perdónalo como el Padre te ha perdonado. Míralo como Dios lo mira, no quieras vengarte, o difamarlo o hacerle daño, pues siempre será el padre de tus hijos, por eso es importante no deshonrarlo ni hablar mal de él delante de tus hijos, al contrario cuéntales a tus hijos cuánto se amaban cuando ellos nacieron, cuánto alegraron tu vida con su llegada. Si rechazaste a alguno de tus hijos pídele perdón primero a Dios, pues cada bebé es un regalo de Dios, segundo a tu hijo (usando otra palabra que no sea tan dura, como sorpresa, un regalo inesperado), pero que sepa que lo amas y cuéntale la historia como José quiso abandonar a María a causa de su embarazo. Cuéntale cómo un ángel le habló a José y entonces aceptó y amó a ese hijo. Dile que de la misma manera siempre lo defenderás y lucharás por él.

No dejes que la amargura gobierne tu vida, el perdón trae libertad, trae ilusión, es la llave que cierra el pasado y abre la puerta al futuro, se requiere tu libertad para que tus hijos sean libres, ellos necesitan una mamá al cien por ciento, no disminuida. Acepta tu realidad y trabaja en un proyecto de vida para ti y tus hijos, perdona al hombre que no cumplió sus promesas, al esposo que no guardó su pacto, o perdónate tú si fuiste tú quien no guardó el pacto y no estés enojada por la pérdida de tu esposo.

Tercero
Vive una vida de valores y principios que inspire y dé ejemplo a tus hijos. No te des libertades que tus hijos no tengan, como no llegar a dormir o meter hombres a tu lecho. Si los hijos admiran en forma natural a sus padres, conforme crecen, quieren seguirlos admirándolos por lo que ven, así mantendrás tu autoridad no importa la edad de tus hijos. Modela con tu vida los principios que quieres que tus hijos adquieran. Independientemente del estado civil, los niños creen que no hay una mejor persona que mamá, la más linda, inteligente y buena, no podemos romper su corazón fallándoles en el área moral, y que dejen de admirarnos, esto romperá su confianza en la gente, vive una vida digna del llamado de ser hija de Dios y madre de naciones.

Cuarto
Reconoce que tú eres mamá preciosa y valiente, pero mamá. Es mentira que eres padre y madre, ¡No!, solo somos mamá, no somos la “Wonder Woman”, o “súper mamá”. Para cubrir la ausencia del padre, hay que reconocer que nuestros hijos, necesitan una figura real paternal: puede ser su abuelo, su tío, el pastor de la Iglesia, un hombre digno que les inspire y les muestre cuál es el rol social del varón.

Recuerdo una consejería de un niño de 8 años con una profunda depresión, no quería estudiar, ni comer, incluso jugaba menos. Al conversar con él, con lágrimas me dijo que quería morirse, le pregunté por qué?, y me respondió: “para ver a mi papá”. Su padre había muerto tres meses antes, era guardia de seguridad y en un asalto lo mataron. Hablamos, decidió perdonar a los ladrones- asesinos, me prometió comer y leer, se fue con una gran ilusión, que su vida inspirará para que por él conozcan lo maravilloso que había sido su padre. Parte del proceso de su sanidad, fue pedirle al pastor que por cierto es un padre joven y lleno de fuerza y vitalidad que visitará al niño y que donde lo viera: la calle, la Iglesia, el Supermercado, donde fuera, se agache y lo abrace y le diga cuanto le ama. Gracias a Dios el pastor lo tomó en serio, y en dos meses el chico lo superó, incluso salvó el año escolar y vino a invitarme a la inauguración de su campeonato de fútbol, créeme los niños necesitan un hombre adulto digno a quien abrazar y dar cuentas, así les será más fácil entender que Dios es su Padre y está cerca de ellos porque los ama.

Quinto
Define tus prioridades y distribuye tu tiempo para darles a tus hijos tiempos recreativos, tiempos de expresar tu amor, tiempos de risas, vuelve tu corazón a tus hijos, trabaja con agenda, con horarios para que organices tus actividades.

En este punto te preguntarás, y ¿yo?, ¿acaso no tengo derecho a ser feliz? Aprende a ser feliz con lo que tienes, Dios y tus hijos y a su tiempo si es la voluntad de Dios, Él restaurará tu vida pero no pagues con tus hijos el tratar de superar tu soledad, créeme ellos crecerán contigo y a pesar de ti, elige ser tú, su mayor y mejor influencia.

Tomado del libro: El Regalo de Ser Madre de Martha Claudia Mosquera